En el silencio de la mañana y la oscuridad de un imperio cada día más débil hago un viaje inesperado. Frente al féretro de post guerra, la muerte que es celosa y es mujer vuelve y reaparece llena de misterios. El singular silencio de ese momento que sigo sin entender, yace de la humedad mi alma. Emprendo camino en tierras desconocidas buscando respuestas extranjeras a mi ser; cayendo prisionero de aquél pedazo de cielo, tan injusto; tan austero, tan tierno.
-Salvador Flores-