Olvídame

Ella decidió olvidarme;

Independientemente de su estimulo.

En contra de su contra; y de aquello antónimo o sinónimo. Quién ha de saber...

Olvídame, 

mi corazón pide. 

Y yo pido a tu corazón, 

que no me olvides.

Y yo pido a tu razón, que no me olvides, 

 que no me olvides.  

Tal vez sea tarde tal vez, 

Para construirte a besos; 

Tal vez sea tarde tal vez, para recordarte aquello... 

Ya sé lo que piensas Amor,

Que así está mejor, estando lejos;

Te digo que sí que no, es sólo cuestión de vernos de nuevo. 

El Último Adiós

"El beso" por Gustav Klimt. 1907 - 1908

Todas las noches que pasabas llorando,

se sintieron como está noche desolada. Fría. Angustiada.

Ahora lo entiendo. Ahora lo siento.

A quién más puedo ir con este sentimiento tan profundo, cuando lo más íntimo eres tú.

Estoy solo en esto y me duele.

No pensé ser yo el único que piensa, que siente,
que ya, al fin, estamos lejos.

Ahora se congela mi corazón.
Y llantos y grietas donde ni un cabo de luz logra perpetrar.

Ahora entiendo qué eran cada una de esas noches en las que no estaba yo, pero sí estabas tú,
sumida en el letargo de las sombras de lo que fue "mi yo" de las cosas.
Y de aquella habitación llamada alma que te dio asilo.
Y también de aquellas veces que afortunadamente fuimos, inequívocamente, una maravilla.

Hay tantas cosas que recuerdan a ti. 
Está noche sola por ejemplo.
Está noche desolada que llora, sin más.

No quiero hablar con nadie que no seas tú Vida. 

¿Sera que la vida se cansó de ser reciproca?