... Siguiendo el camino me encontré con su canto a ser.
Fue su voz, su boca, su piel,
instrumentos que toqué...
Su espacio debatía lugar junto al mio;
su aire robaba de mis entrañas el alivio.
Sus ojos me retaban... Señorita.
Son sus ojos que dieron sentido al camino que sigo y a mi razón.
Fueron sus ojos que a mitad del camino guiñaron a mi vida y me enamoró...
Usted Señorita, la nieve del verano se llevó.
Sus flores bien abstractas en mi vida sembró.
Fue usted, Señorita,
que a mitad de camino me conquistó.
-Salvador Flores-
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