No sé qué es lo que pienso.
No se me ocurre nada para decir.
No basta decirle que la amo.
No, no basta.
Estoy acorralado y admito que en una verdad extraña.
Y, mientras duerme, poso mis ojos sobre su sueño.
Ella, ella...
Sólo ella...
Pierdo el sentido de todo cuánto es cordura;
fe enamorada, esperanza y locura...
Descansa.
-Salvador Flores-
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